Amigos, compañeros de Chile y del mundo, se dice que septiembre es un mes, un período del calendario que profundamente identifica a los nacidos en este querido suelo nuestro, tiene mucho que ver con nuestra historia de por lo menos 200 años. La Independencia de España se proclamó hace dos siglos en ese mes. Diversos otros significativos episodios nacionales ocurrieron en septiembre. El triunfo electoral del Presidente Salvador Allende encabezando el movimiento político y social más trascendente de la historia chilena, la Unidad Popular, fue el 4 de septiembre de 1970. El golpe de Estado promovido por el gobierno de EE.UU. en siniestra alianza con los sectores más reaccionarios de la sociedad, unidos a los fragmentos fascistas del militarismo criollo, troncharon a sangre y fuego el proyecto histórico del gobierno, el 11 de septiembre de 1973. Ese mismo día falleció en el Palacio de Gobierno el Presidente de la República, quien no vaciló en empuñar su arma para defender lo que siempre creyó justo. Días más tarde, el poeta nacional Pablo Neruda, Premio Nobel de Literatura, inclaudicable defensor del gobierno, fue asesinado por el fascismo asaltante del poder.
Otros hechos sociales, políticos y culturales que han marcado la vida nacional han ocurrido también durante el mes de septiembre. Millones de chilenos durante los 17 años de la tiranía militar vivieron situaciones de extrema injusticia y abusos. Miles fueron perseguidos, detenidos, torturados, asesinados y hecho desaparecer hasta hoy. Miles fueron obligados a vivir el exilio y otros expulsados de sus trabajos.
En estos documentos que hablan de la realidad histórica, política, social y cultural del país se hallan contenidos datos, antecedentes, hechos y palabras de sus protagonistas. Destacan en especial los textos del poeta Pablo Neruda, se escucha su voz dirigida como siempre a las masas del pueblo que han valorado su caudalosa y bella creación literaria. Asimismo relevante es la presencia viva siempre del insigne Presidente Salvador Allende, especialmente sus trascendentes palabras dichas el día 11 de septiembre, cuando ya el golpe de Estado era la espuria maniobra consumada de los enemigos de clase. Ese cuerpo de palabras y de sentimientos tan profundos del Presidente no dejan de impactar y conmocionar la conciencia de millones de seres humanos en el mundo. En medio del brutal bombardeo desde el aire al Palacio de Gobierno y del asedio de las fuerzas fascistas desde tierra, el mandatario al interior del edificio envuelto en llamaradas y humareda con impresionante serenidad, seguía conduciendo e interpretando con extraordinaria claridad la situación que el país vivía.
Propio es que esa pieza oratoria sea conocida, difundida y estudiada como un testimonio històrico-cultural por las generaciones de todo tiempo por el valor de un hombre que fue consecuente con sus ideas y que legó su lucha y su sacrificio en pos de la dignidad humana. El Presidente Allende es baluarte moral de los pueblos del mundo.
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