La Iglesia en su laberinto

Desde hace un tiempo,principalmente en las últimas décadas,la Iglesia Católica en distintas latitudes ha sido motivo de diversos estados y episodios que la han expuesto al juicio público mundial.Así sucede con todas las iglesias,y también con toda entidad y obra humana.

Se supone que desde sus inicios la buena fe de sus fundadores en el plano espiritual fue su clara y bien inspirada impronta,como sus postulados evangélicos.Creada por humanos de carne y hueso como otras instituciones,ella no ha podido escapar a las llamadas debilidades o tentaciones que gravitan en todo ser humano,entiéndase por ello los denominados pecados.

Creada para salvar a otros,a sus ovejas,hoy hace esfuerzos por salvarse a sí misma.

La reciente abdicación del Papa Benedicto XVI fue un sismo que estremeció sus pilares espirituales y también institucionales.Diversas razones,verdades y especulaciones se han divulgado como fundamentos de esa renuncia.Tal vez pasen años como suelen hacer quienes acostumbran a desclasificar verdades y documentos...para que se conozca la veracidad completa.Los fieles tendrán que esperar.

Es comprensible que los millones de seguidores de la milenaria Iglesia Católica vivan la desazón que provocan las conductas reñidas con la fe y la transparencia de muchos de sus integrantes en estados de poder en su  interior.La fe ciega ha sido afectada.Ciertamente y en justicia no se puede acusar a todos,esto vale también para el gran universo de instituciones creadas desde que el hombre existe.En nuestra América Latina hay ejemplares,nobles e históricas conductas de miembros de esa iglesia y también de otras que no se pueden olvidar.  

De la Iglesia Católica han emanado en distintos tiempos documentos de gran valor ecuménico en asuntos sociales y también éticos.Algunas de las llamadas encíclicas papales en esos campos son expresión de su esencia doctrinaria.

Existe en la sociedad una especie de sensación y también un clamor de muchos que siguen la fe cristiana que la iglesia debe adecuarse a los tiempos y a la realidad,a riesgo de que si no asume esas transformaciones su imagen y su poder seguirán en proceso de menoscabo.También esa exigencia es válida para otras instituciones no confesionales. 

Seguramente habrá o ya hay un nuevo pontífice,el hombre que literalmente hace puentes entre los humanos y la divinidad.Dura carga tendrá si atiende el mencionado clamor.

Símbolos,ritos,prácticas y lenguaje han de ser revisados y modificados si ha lugar o las necesidades temporales así lo aconsejan.

En este mundo de confusiones,de laberintos y de encrucijadas nadie de antemano está a salvo.

Carlos Poblete Avila 

Profesor de Estado

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