DISCURSO SEPTIEMBRE DE 2013...A 40 AÑOS DEL GOLPE...

    Discurso del 11 de septiembre de 2013

 

"Aunque los pasos toquen Mil años este sitio,

no borrarán la sangre De los que aquí cayeron

Y no se extinguirá, la hora en que caíste

Aunque miles de voces,

crucen este silencio”

 

Compañeras y compañeros, ciudadanos de Rancagua, lo que acabo de leer es un extracto del poema “Siempre”, de nuestro Premio Nobel Pablo Neruda y refleja el sentimiento de un país y del mundo entero ante la tragedia del 11 de septiembre. Hemos convocado este acto como un homenaje a nuestros caídos pero también como una potente señal de que no permitiremos que se vuelva a repetir el horror de la dictadura. Queremos también simbolizar el recuerdo del 11 de septiembre en la causa central que derivó en el golpe de Estado y que no es otra que la figura del Presidente Allende y de su gobierno que –pese a sus problemas- sigue siendo la única vez en que los más pobres y humildes de nuestra tierra han estado en La Moneda. Salvador Allende siempre enfatizó ser el Primer Presidente del Primer Gobierno nacional, popular, antioligárquico, antiimperialista y revolucionario con perspectivas al socialismo, sobre la base de la unidad de marxistas, laicos y cristianos. En más de 20 años se construyó como un líder del pueblo. Los partidos populares de ese tiempo, principalmente comunista y socialista, contribuyeron en esa creación humana, social y política. Principalmente en las elecciones de 1964 con el Frente de Acción Popular (FRAP), y luego en 1970, con la Unidad Popular, Allende se cifró como una clara esperanza para millones de trabajadores, de jóvenes, de hombres y mujeres humildes de nuestro país.

 

En ambas circunstancias los sectores oligárquicos aliados con el imperialismo jugaron sus cartas en defensa de sus intereses de clase, repugnantes campañas de opinión fundadas en la mentira y en el más burdo terror conocieron los ciudadanos de ese tiempo. Allende en su juventud universitaria fue dirigente. Luego ministro de salud en el gobierno del Presidente Pedro Aguirre Cerda, también diputado y senador. Expulsado de la universidad cuando estudiante por su actividad política. La figura el Presidente y la Unidad Popular se funden en un todo indisoluble construido en años de historia y de luchas, que cristalizó aquel victorioso 4 de septiembre de 1970. Es de recordar que hubo antes otros tres intentos por alcanzar la Presidencia de la República, a saber, en 1952, 1958 y 1964. La perseverancia, la organización y la conciencia popular hicieron posible que los trabajadores y el pueblo todo fueran gobierno. Ser gobierno en 1970 no significaba tener el poder. Hubo dos elecciones posteriores al triunfo presidencial, de regidores (actuales concejales) y de parlamento, en ambas la Unidad Popular aumentó su votación. Desde el gobierno se impulsaron las transformaciones más sustantivas contenidas en el Programa presentado al pueblo. Desde el medio litro de leche diario a cada niño contenida en las 40 primeras medidas hasta la Nacionalización del cobre y otras riquezas mineras, la radicalización de la Reforma Agraria, la estatización de la banca y la democratización del crédito, así como otras medidas de beneficio popular. Fueron mil días de un gobierno y de un presidente. En ese plazo la cultura tuvo un desarrollo como nunca antes en el país. Al respecto tan sólo un dato: la creación de Quimantú, la Editorial del Estado, que en dos años publicó más de 12 millones de libros, los más diversos autores fueron conocidos y leídos por una población un tercio de la que hoy día somos. Un gobierno con el apoyo popular que tenía por el cometido de su obra económica, social y política y su sentido de la soberanía era peligroso para los bastardos intereses de una burguesía nativa aliada al imperialismo.

El enemigo de clase apeló al sabotaje, a la voladura de puentes y de vías ferroviarias, y a ocultar los alimentos de primera necesidad como operaciones criminales previas. Sólo un golpe de Estado podía echar abajo una obra tan vasta alcanzada en tan poco tiempo. Los asaltantes del poder y de la ética fracturaron de manera brutal la vida de la sociedad chilena aquel 11 de septiembre de 1973. El proceso revolucionario iniciado el año 1970, por un movimiento popular y el presidente Allende, inédito en Chile y en el mundo, legal, legítimo y constitucional fue quebrantado por el militarismo fascista que dio paso a la feroz tiranía por 17 años. Compañeras y compañeros, quiero compartir con ustedes un texto del poeta cubano José Martí: “Libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y a hablar sin hipocresía.

En América no se podía ser honrado, ni pensar, ni hablar. Un hombre que oculta lo que piensa, o no se atreve a decir lo que piensa, no es un hombre honrado. Un hombre que obedece a un mal gobierno, sin trabajar para que el gobierno sea bueno, no es un hombre honrado. Un hombre que se conforma con obedecer a leyes injustas y permite que pisen el país en que nació. Los hombres que se lo maltratan, no es un hombre honrado…hay hombres que son peores que las bestias, porque las bestias necesitan ser libres para vivir dichosas: el elefante no quiere tener hijos cuando vive preso; la llama del Perú se echa en la tierra y se muere, cuando el indio le habla con rudeza, o le pone más carga que la que puede soportar. El hombre debe ser, por lo menos, tan decoroso como el elefante y como la llama.” José Martí Desde la implantación de la Dictadura, el 11 de septiembre de 1973, se desencadena una extensa acción represiva. Esta golpea o amenaza a quienes habían servido en el gobierno del presidente Allende, a los militantes o simples simpatizantes de los partidos que lo apoyaban y a todos aquellos de quienes se pudiera sospechar una actitud contraria a las nuevas autoridades.

Se producen arrestos masivos en operaciones de allanamiento en barrios, poblaciones, fábricas, universidades, hospitales, edificios públicos, etc. Se habilitan lugares especiales (estadios, instalaciones militares) y se implementan otros lugares como campamentos de prisioneros para albergar al gran número de detenidos. En Rancagua las comisarías, tenencias y cuarteles como también recintos DINA ubicado en calle Zañartu; la casa de las sillas, recinto CNI en Diego de Almagro, cárceles de mujeres como La de Buen Pastor Rancagua y San Fernando. El carácter indeterminado de las detenciones hace que centenares de personas busquen asilo en las embajadas o salgan apresuradamente del país, ya sea por aeropuertos, líneas fronterizas o pasos cordilleranos. En los lugares de detención señalados comienza a practicarse la tortura durante los interrogatorios, lo que provoca la muerte de numerosas personas.

Sólo algunos casos llegan a ser conocidos con precisión; respecto de los demás empieza a perfilarse la situación de «detenido-desaparecido» y de «muerto en tortura». Al mismo tiempo se practican ejecuciones sin juicio previo, «ley de fuga» o simplemente en supuestos enfrentamientos que los detenidos habían tenido con las fuerzas militares. Son 40 años, en que hemos sido testigos de los pequeños pasos, que el país ha dado en Derechos Humanos y con el recuerdo de los más de 3.000 Detenidos Desaparecidos y Ejecutados Políticos. De esta manera, los llamados a la reconciliación nacional de diferentes sectores insisten, directa e indirectamente, que para lograr la paz social es necesario aceptar incondicionalmente la impunidad establecida por la ley de amnistía, aplicándola sin ningún tipo de investigación previa. Sin embargo, la ley de amnistía fue controversial desde su dictación en 1978, no obstante la declaración de intenciones de las autoridades de la época. Como todas las amnistías anteriores en la historia del país se había señalado que dicha ley era una contribución a la paz social y a la reconciliación. Cuarenta años después claramente estos propósitos no se han cumplido y que sigue siendo un asunto altamente conflictivo y un obstáculo para la verdad y la justicia. En el caso de la amnistía como en otras declaraciones sobre el tema se advierte que las interpretaciones del sentido de la reconciliación han sido diversas. Aunque todos parecen coincidir en el deseo de unidad nacional y paz social, los requisitos y el sentido de esa reconciliación para diferentes grupos nacionales han sido muy diversos. Tenemos que considerar como requisito básico que haya verdad y justicia. Para otros sectores parece ser necesario que haya olvido no sólo como requisito de la convivencia futura sino como condición de la paz actual. Muchos han creído que para superar los traumas del pasado bastaba con “dar vuelta la página”, o con echar tierra sobre la memoria. Una sociedad no se hace más humana negando el dolor ni las páginas oscuras de su historia; al contrario, con ello sólo se denigra y envilece.

El dolor de la pérdida de un hijo o hija, hermano o hermana, del padre o la madre, del cónyuge, nunca se extingue. Sólo podemos aspirar a aprender a vivir con el dolor, a evitar que ese dolor se transforme en odio y ansias de venganza, y a reparar en parte los perjuicios que nos ha causado. Una fractura social, política y moral de tal magnitud no se cierra en un acto y en un momento determinado; no es posible extirpar el dolor que vive en la memoria. No olvidemos que por cada nombre una “familia” entera sufre, deseamos que este sentimiento se transforme algún día. Que Chile pueda tener ciudadanos integrales, que algún día se enseñe en los colegios el concepto de Derechos Humanos, que va más allá a un periodo de la historia, son los derechos expresados en la declaración Universal de los Derechos Humanos. No importa lo que pienses, ni en donde te encuentres, ni cuál es tu ideología, ni de qué color es tu piel, ni de donde vengas…se trata simplemente de que todos tenemos los mismos Derechos Humanos…para ser Humanos Derechos. Los derechos humanos han sido objeto de propuestas provenientes de diversos sectores de la opinión pública. Incluso aquellos sectores que por años negaron la violación a estos y participaron directa o indirectamente en estos atropellos han elevado sus propuestas. Se postula, con razón, que sin verdad, justicia y reparación es imposible el imperativo histórico y ético del "nunca más". Sin duda alguna la verdad, la justicia y la reparación son requisitos impostergables e ineludibles para el nunca más, sin embargo siendo absolutamente necesarios, no son suficientes. El nunca más requiere igualmente y de manera inaplazable un proceso educativo capaz de proporcionarle a las nuevas generaciones los conocimientos, las habilidades cívicas y por sobre todo las actitudes y valores conducentes a una profunda toma de conciencia del significado histórico, cultural, social y ético de la violación a los derechos humanos, pero el cuerpo social de la nación ha sido afectado integral y generacionalmente. El cardenal Raúl Silva Henríquez, dijo en una ocasión: “Chile tiene su alma. Cataclismos naturales, potentes apetitos foráneos, guerras externas y largas noches de interna disensión hasta el odio; pobreza, sufrimiento –el sufrimiento más terrible de todos-, no amar al hermano, no han podido arrebatarle a Chile su alma. Chile quiere seguir siendo Chile. Chile anhela empezar otra vez, estar como antes, como siempre a la cabeza de los grandes valores: pequeño y limitado, tal vez, en su potencia económica, grande y desbordante en su riqueza de espíritu.” La memoria se construye en el recuerdo silencioso, en su historia única, irrepetible. El recuerdo único de cada uno, no es el del otro, pero es parte de la memoria total. En el recuerdo de la individualidad y no en el de la abstracción resumida en el que se construye la memoria. Comprendiendo la importancia de la memoria histórica en la sociedad nuestro aporte es de contribuir a que el nunca más... se consagre en nuestra memoria regional, como escribiera Ernesto Cardenal: "creyeron que te mataban con una orden de fuego, creyeron que te enterraban, y lo que hacían era enterrar una semilla".Este fragmento ha recorrido el mundo, no sólo porque lo escribiese Ernesto Cardenal sino porque forma parte de la tumba de mi padre. Miro cada uno de sus rostros y pienso como fue el pasado de cada uno de Uds., de cómo es el presente de cada uno de Uds. y de cómo será su futuro...esta historia está escrita con dolor, con el dolor de rememorar el pasado, porque este acto que es el presente, pueda ser la simiente de un mejor futuro.

 

El 2011 pasará a la memoria de los chilenos y chilenas como el año en que emergieron demandas y reivindicaciones de derechos humanos en distintos ámbitos y desde distintos actores políticos y sociales. Todas ellas han tenido la particularidad de contribuir a una mayor conciencia sobre lo que es vivir en comunidad y sobre lo que significa la discriminación en el goce y ejercicio de derechos. La obligación de respetar los derechos humanos supone que el Estado se abstenga de realizar cualquier acción que pueda vulnerar los derechos de las personas. La obligación de proteger requiere que el Estado tome medidas para prevenir que terceros afecten los derechos humanos de las personas. En tercer lugar, que el Estado garantice los derechos humanos implica que las personas puedan gozar efectivamente de sus derechos, para lo cual es necesario que se tomen medidas de distinto tipo que lo hagan posible. Estas obligaciones operan por igual sobre los derechos políticos, civiles, económicos, sociales y culturales, y han sido reconocidas y aceptadas por el Estado de Chile al ratificar los distintos instrumentos internacionales y regionales de derechos humanos vigentes en el país. Por esto, compañeras y compañeros, demandamos:

 

1.- Vivir en un ambiente libre de contaminación (Zona saturada con medidas que no pueden seguir esperando, política energética (hidroeléctricas de paso), Instalación de plantas de tratamientos de residuos sólidos o de lodos con participación e información a la comunidad, potenciar a las organizaciones medioambientales y tenemos el primer lugar a nivel país con nacimientos de niños con malformaciones producto de los químicos de la agricultura.

 

2.-Derecho a Educación de calidad desde una mirada de la diversidad, integral y rescatando nuestra identidad regional.

 

3.- Derecho a Salud, la demanda de un hospital comunal que implemente especialidades de geriatría y salud mental.

 

4.-Derecho a un trabajo digno y de calidad, que se respeten los derechos laborales (contratistas, temporeras y del sector comercio). Exigir la responsabilidad social de las empresas y generar oportunidades laborales para emigrantes, jóvenes, y personas con capacidades diferentes, etc.

 

5.-Derecho a mejorar nuestra calidad de vida, mejorar los espacios públicos que permitan la reunión y participación de la comunidad. Fomentar espacios culturales que permitan el rescate de nuestra memoria e identidad como región. Reconocimientos a pueblos originarios.

 

6.-Derecho a la igualdad no a la discriminación con acciones concretas por parte del Estado, protegiendo sin importar su raza o etnia, sexo, orientación sexual, identidad de género, edad, enfermedad o discapacidad, nacionalidad, situación socioeconómica, idioma, ideología u opinión política, religión o creencia, sindicación o participación en organizaciones gremiales o la falta de ellas, estado civil, filiación y apariencia personal.

 

7.- La distribución de la riqueza generada en la región un porcentaje quede en la región.

 

8. Envío de un Proyecto de Ley que declara la nulidad de Derecho Público del Decreto Ley N° 2191 de 1978, de Amnistía y que se derogue la Ley N° 18.314 Antiterrorista y sus posteriores modificaciones.

 

9. Fin a la existencia de los Penales Punta Peuco y Cordillera, en donde cumplen pena los violadores de derechos humanos y estos deben ser destinados a cárceles comunes, para cumplir efectivamente sus condenas.

 

10. El Estado de Chile debe poner término a la Ley del Secreto, que oculta el nombre de los torturadores por cincuenta años. Ley emanada del Informe de la Comisión de Prisión Política y Tortura.

 

11. Para impedir la aplicación de la Prescripción y Media Prescripción en causas de Violaciones de Derechos Humanos a los perpetradores de estos delitos, solicitamos poner suma urgencia al Proyecto de Ley que interpreta el artículo 93 y 103 del Código Penal, que actualmente se encuentra radicado en el Senado de la República.

 

12. Demandamos el término de la Justicia Militar, así como el término del fuero de impunidad que se otorga a Carabineros de Chile.

 

13. Establecer como obligatoria la asignatura de derechos humanos, en todos los niveles de educación en nuestro país, incluyendo las escuelas de formación de las Fuerzas Armadas, Carabineros de Chile y Policía de Investigaciones.

 

14. Establecer condiciones que permitan avanzar en la inmediata libertad de los Presos Políticos Mapuches. En esta misma dirección, se debe terminar con toda forma de represión a las justas demandas de los pueblos originarios, especialmente se debe terminar con la ocupación de las comunidades mapuches por parte de Carabineros de Chile como respuesta de los Gobiernos. Pero lo más importante, compañeras y compañeros, es que sigamos fortaleciendo la conciencia del Nunca Más y el legado moral y político de todas nuestras víctimas que nos acompañan hoy y lo harán siempre.

JOSE ALMONACID

PRESIDENTE

COMISION DERECHOS HUMANOS

RANCAGUA

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